La venta de los bienes o servicios está en completa evolución en todo momento. Evolucionaron desde la venta por necesidad (después de la segunda guerra mundial) y después se pasó a la creación de los diferentes departamentos de las empresas especializados en ventas. Finalmente llegamos a lo que conocemos actualmente como estrategias de marketing. Actualmente nos encontramos con un cambio de paradigma en donde ya no nos basamos tanto en la compra o en la venta de productos, si no que nos convertimos en traficantes de emociones. El objetivo es generar experiencias mucho más intensas y emocionantes creando todo tipo de desafíos para promocionar los productos/servicios de las diferentes empresas.
¿En qué se basa el marketing emocional?
El marketing emocional viene directamente con la idea de influir en las personas en el ámbito sentimental, en sus emociones, en sus valores. La idea es poder crear todo tipo de acciones o actitudes aplicadas a la venta de un determinado producto o servicios. Básicamente lo que conseguimos con este tipo de marketing es examinar que tipo de emociones podemos satisfacer para luego, de alguna manera, poder ofrecérselas al cliente y finamente venderla. Por un lado se busca lo que se conoce como el posicionamiento estratégico: un luego que existe en la mente del consumidor o del cliente donde vamos a intentar hacernos con sus emociones. Por esta razón las marcas van crenado expectativas en ellos a través de la generación de diferentes sensaciones.
Marketing emocional en cifras
Se piensa que casi en el 99% de las veces un cliente tan solo comprará un producto a partir de un impulso, puede que lo necesite o puede que no, pero para el marketing de emociones esto no es algo demasiado relevante. Estamos jugando con el cliente para generar una “motivación emocional”; una herramienta que conseguirá llegar a la mente y creará una necesidad que deberá de ser satisfecha cuanto antes. Para poder conseguirlo se establece un enfoque de marketing en las reuniones de empresa: 1) En primer lugar se sigue una serie de pasos para poder identificar todos los deseos que pueda llegar a tener el cliente así como sus necesidades. 2) El siguiente paso será conseguir establecer una relación entre todos esos intereses y que productos o servicios los pueden satisfacer. 3) En tercer lugar se determinará de qué manera la empresa lo puede llegar a hacer. En el caso de que ya se disponga de un producto o servicio se intentará buscar el mejor camino para conseguir llevar al cliente directamente a lo que estamos buscando. Si todavía no tenemos nada creado podemos utilizar esta información para poder hacerlo. 4) Finalmente crearemos una estrategia de comunicación que nos ayudará a identificar el producto o servicio para poder establecer si tendrá o no éxito en el momento en el que salga al mercado. Existe mucha polémica en cuanto a la implantación de este tipo de marketing… pero lo cierto es que es totalmente efectivo.
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